Zúrich, la próspera metrópoli suiza, combina la modernidad de una ciudad cosmopolita con una cocina que honra sus raíces alpinas. Aquí, los platos son reconfortantes y sustanciosos, reflejando el frío clima montañoso. Delicias como el Zürcher Geschnetzeltes y el rösti son ejemplos de cómo Zúrich ha logrado mantener vivas sus tradiciones gastronómicas mientras abraza la influencia de su diversa población.
Este es un plato clásico de Zúrich que consiste en finas tiras de ternera cocinadas en una rica salsa de crema con champiñones. A menudo se sirve con rösti, una especie de torta de patatas ralladas y fritas. El Zürcher Geschnetzeltes es un plato que combina la suavidad de la carne con la cremosidad de la salsa, ofreciendo una comida reconfortante, especialmente popular en los meses de invierno.
La fondue de queso es quizás el plato suizo más famoso. Se elabora derritiendo una mezcla de quesos suizos, como el Gruyère y el Emmental, con vino blanco, ajo y kirsch (licor de cereza). El queso fundido se mantiene caliente en un caquelón (olla especial para fondue), y se sumergen trozos de pan en él usando largos tenedores. La fondue es una comida comunitaria, perfecta para compartir, y tiene una larga tradición en la cultura suiza. Un plato típico de la gastronomía europea.
Similar a la fondue, el raclette es otro plato de queso derretido. El queso raclette se calienta y se raspa sobre patatas cocidas, acompañado de encurtidos y cebollas. Esta comida también tiene raíces en la vida campesina suiza y es ideal para disfrutar en reuniones familiares o con amigos. Típico de la gastronomía europea.
Originalmente un desayuno para los agricultores de habla alemana en Suiza, el rösti ha transcendido su origen para convertirse en un plato nacional. Consiste en patatas ralladas y fritas hasta obtener una textura crujiente. Se puede servir como plato principal o como acompañamiento de otros platos suizos, como el Zürcher Geschnetzeltes.